No hay bálsamo para la muerte de un ser querido, ¿o sí?. No todos nos enfrentamos igual al asunto, se trata de arreglárnoslas con lo que nos quede: un puñado de palabras u otros objetos inertes, un puñado de torpezas, de errores, de ocasiones perdidas.

Lo hermoso de la vida es lo que queda, siempre queda algo … y la oportunidad de enmendar, con otros, lo que quedó en el tintero. ¿Y funciona?.