Quién.

En 1990 acabo la licenciatura de Psicología en la Universidad de Sevilla, por entonces Filosofía y Ciencias de la Educación, Sección de Psicología, habiendo cursado las optativas del departamento de Psicología Clínica. Para entonces había terminado el tercer año de trabajo voluntario en la Unidad de Psicología del Hospital Virgen Macarena de Sevilla. Tres años aplicando pruebas diagnósticas a pacientes psiquiátricos internados, los dos últimos coordinando un grupo de estudiantes de dicha unidad. Al licenciarme paso a adscribirme a las consultas ambulatorias de psiquiatría, aplicando técnicas cognitivas y conductuales a los pacientes ambulatorios. De entonces data mi primera publicación, que versa sobre el entrenamiento en Habilidades Sociales.

Entre el 90 y el 92 me dedico a la terapia cognitiva-conductual y voy sintiendo las primeras insatisfacciones con aquello de que el terapeuta es el que sabe y tiene que corregir al paciente. Ya había leído algo a Freud y andaba interesándome por la hipnosis, la terapia gestalt, el análisis transaccional, el sicodrama, los grupos de encuentro rogerianos, la bioenergética de Lowen … Durante esos años inicio el doctorado en Psicología Clínica pero, por suerte, un amigo me llama a trabajar en Castellar de la Frontera en “Manantial”, una Comunidad Terapéutica para toxicómanos donde aprendí que lo terapéutico no solo viene de la mano de las psicoterapias, sino también del trabajo, la convivencia, etc. En resumen, de la Comunidad, de lo común. Allí es donde aprendo la virtud de los grupos, su potencial para el aprendizaje. Mientras comienzo mi psicoanálisis y la formación analítica con el Dr. Enrique Bergón.

Mi periplo profesional continua en 1996 en la Coordinadora Abril para la prevención de las drogodependencias, de la barriada de la Estación de San Roque. En principio me incorporo al equipo de tratamiento familiar para casos externos por un convenio con la Junta que, transcurridos cuatro meses no había recibido un solo caso.

 

Aburrido, abandono el proyecto para volver a la Coordinadora cuatro meses después al DAT, dispositivo de atención terapéutica, donde ejerzo de psicoterapeuta individual, grupal y familiar hasta octubre de 2005. Son ocho años de trabajo intenso con drogodependientes y sus familias, aunque se va convirtiendo progresivamente en un recurso de Salud Mental. Funciona como una consulta de psicólogos con la virtud de estar compuesto por seis terapeutas de formación diversa: relacional-sistémica, psicoanalítica, sicodramática, etc. En paralelo me dedico a la formación en Terapia Familiar (cuatro años), psicoanálisis (siete años) y Sicodrama (otros seis).

En Noviembre de 2000 empiezo a atender terapéuticamente a afectados por cáncer y sus familiares en la Asociación de Problemas Oncológicos –APRON-, pionera en la atención a estas personas en la comarca. Hoy en día prosigo la colaboración con ellos en Algeciras y La Línea, además de atender a las personas derivadas por otra asociación hermana: Asociación de afectados y voluntarios contra el cáncer “Villa de Los Barrios”.

En 1996 empiezo con la consulta privada, primero en paralelo con otros compañeros pero sin compartir responsabilidades, lo que hace que abra mi propia consulta en 2001.

En 2006 tengo la suerte, y el acierto, de empezar a compartirla con Carlos Moisés Vicente, con quien sigo actualmente.

En Septiembre de 2005 obtengo el Título oficial de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica.

Para qué.

Trabajo para la Madurez, para la Libertad y la Responsabilidad,  dos caras de la misma moneda (T.Szasz).

Entiendo la Madurez no como una edad de la vida sino como una característica de cada edad. Del mismo modo que no hay una edad inocente sino inocencias en diferentes edades, existe una niñez madura, como existen la adultez y vejez libres y responsables. El egocentrismo infantil no es el mismo que el adulto: el primero es obligado, el segundo inventado.

La psicoterapia es un camino para re-crearse, re-inventarse.

Prefiero una psicoterapia para lo bello, lo bueno y lo verdadero; según la clásica triada aristotélica. Belleza, Verdad y Bondad.

Trabajo para la lucidez o la inteligencia, ya sea el conocimiento intelectual, emocional o social. Mi planteamiento es superar el autoengaño, la confusión de valores -palabras versus obras- en pos de la verdad, de las verdades de cada persona, que solo ella puede descubrir.

Los valores éticos me mueven contra el egocentrismo, al fomento de la solidaridad. Combatimos las dependencias promoviendo la autonomía personal, La psicoterapia es un método para la autonomía individual, que no la autosuficiencia.

Las cuestiones estéticas, sobre la belleza, las relaciono con la creatividad como factor para la cura. Reinventarse, recrearse para el arte de vivir.

Cómo

Hoy en día todos quieren decir que su especialidad es terapéutica -ya sea la risa, la gimnasia, las flores…- sustituyendo la cura o sanación por el mero alivio de la ansiedad y el estrés. Así se renuncia a un cambio más profundo en lo emocional, en nuestros actos y actitudes hacia sí y el mundo.

La Psicoterapia,  con mayúsculas, ambiciona un cambio más extenso y mantenido, proporcionando un tiempo y un espacio para compartir lo propio.

A la palabra, descubierta para la terapia por el Psicoanálisis, el Psicodrama añade la acción y la imaginación, ampliando el potencial expresivo de la persona.

De esta manera aseguramos un escenario creativo donde conocerse y resolver problemas y conflictos que nos son comunes a los humanos.

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